Si queremos conseguir que las cosas cambien, hay que hacerlas de una forma diferente. Llevamos ya muchos años analizando la realidad y pendientes de la evolución social frente a cambios legislativos y sociológicos y la conclusión no puede ser más clara. Si deseamos erradicar la desigualdad, la discriminación por razón de sexo y la violencia contra las mujeres, es necesario cambiar la forma en las que pensamos / hacemos las cosas.

Debemos dejar atrás la idea de que es una cuestión de tiempo. Abandonar la idea de que el reconocimiento de la igualdad formal, unido al hecho de una mayor presencia de mujeres en los ámbitos educativos, laborales y políticos podía traernos una solución automática.

Hoy sabemos, que solo revisando las formas de hacer, las ideas en las que se asienta el funcionamiento social, podemos aprovechar plenamente la presencia transformadora de las mujeres y construir una sociedad mejor.

Lo siento, no queda más remedio que ponerse manos a la obra para reconceptualizar, o dicho de otra forma, abrir las ventanas, voltear los colchones, sacudir las cortinas del polvo acumulado, cual si de una limpieza de primavera social estuviéramos hablando.

Hay muchas formas de hacer esto y la mayoría de ellas, en contra de la opinión generalizada que piensa que el feminismo es agrio, bronco y malhumorado, afortunadamente son divertidas, creativas, amables y solidarias.

Un buen ejemplo es la iniciativa Fémina 2007: Rimas contra la violencia de género. Siguiendo su trayectoria de apoyo a las mujeres artístas, esta iniciativa ha querido dar un paso más, para realizar no sólo una muestra del hip-hop nacional protagonizado por mujeres, sino para acercarnos un contenido distinto y solidario de este estilo musical que, tan a menudo tenemos asociado a letras masculinas, cuando no sexistas y violentas.

Si el hip-hop, nace como una manifestación contracultural de protesta y reivindicación en contra de la exclusión social de jóvenes urbanos, no hay mejor instrumento para alzar la voz, no sólo en defensa de las mujeres injustamente agredidas y golpeadas, sino de las jóvenes que quieren relaciones igualitarias con los chicos de su generación.

Como dice la Maestra Aya de León, Si las mujeres hicieramos hip-hop…, las cosas serían diferentes. Además de para el hip-hop, la cultura y el ocio, se aceptan ideas para la convivencia ciudadana, la educación en valores, la literatura, el dialogo social, la participación política, la economía, el desarrollo sostenible, la comunicación, la pobreza, las relaciones familiares, la salud, la política internacional, las guerras, la religión, el trabajo, la seguridad, la libertad y la justicia. En eso estamos y hace falta gente. Os esperamos el 9 de octubre a las 20:30 en la Sala Caracol.