Era de esperar. La falta de acuerdo de los Estados miembros ha puesto fin a la propuesta de directiva del Parlamento Europeo sobre la necesidad deregular el incremento de la participación de las mujeres en los consejos de administración de las grandes empresas.
Reino Unido y Alemania, han seguido liderando esta posición contraria y ello a pesar de que Alemania estrenaba al mismo tiempo su propia regulación al respecto. España con reservas, dicen.
Con el fin de conseguir un acuerdo que se presentaba difícil desde el principio, en la última propuesta se eliminaron las sanciones para con la empresas que no cumplieran con sus compromisos, pero ni así coló.
Pocos días después, hemos conocido el Informe Mundial sobre Salarios 2014/2015 de la OIT, que, entre otras cosas, denuncia el incremento de la brecha entre mujeres y hombres, especialmente entre el grupo de personas mejor remuneradas.
Sabemos que las causas de las diferencias salariales entre mujeres y hombres responden a causas complejas, pero que una vez analizados los diferentes factores objetivos que pueden justificar estas diferencias en las retribuciones que perciben mujeres y hombres por sus salarios, queda un porcentaje “inexplicado”, dice la OIT, pero que en realidad sólo puede explicarse por la discriminación laboral que afecta a las mujeres.
En esta ocasión el informe de la OIT incorpora un elemento nuevo de análisis y hace una estimación del significado que tendría la eliminación de esa proporción inexplicada sobre la posición salarial de mujeres y hombres. El resultado es que, en muchos países, esa brecha se invertiría y si las retribuciones se definieran sólo por los elementos objetivos de valor, las mujeres ganarían más que los hombres.
Como siempre los diagnósticos y análisis de situación están bien enfocados, y revelan una y otra vez, que no logramos reparar las desigualdades con el mero transcurrir del tiempo, pero esta constatación no nos sirve para conseguir la articulación de actuaciones concretas y eficaces. Además, las políticas de igualdad son transversales. Es decir, compromiso de todos los ámbitos de las políticas públicas, que supuestamente quedan obligados a integrar actuaciones a favor de los objetivos de promoción de la igualad y erradicación de la discriminación por razón de sexo.
Transversales, dicen. Sí. Y yo muy fan de la transversalidad sino fuera porque, tras más de 20 años de relaciones, he descubierto que en la práctica se ha convertido en el equivalente a decir que se hace, sin hacer lo que se dice. El equivalente a un verso perdido. A ese que dice me gustas transversal porque estás como ausente. Ese.
Sé con certeza que todos los Estados miembros de la Unión Europea tienen el compromiso de desarrollar políticas a favor de la igualdad entre mujeres y hombres de forma transversal, en todas las políticas públicas. Lo que no tengo es ni idea de lo que piensan hacer para corregir la discriminación salarial de las mujeres europeas, empezando por los puestos de decisión mejor remunerados.
Teniendo en cuenta las fechas, igual se lo han pedido a Santa y a Baltasar, por aquello de la diversidad. Es posible que sea más eficaz y en cualquier caso una buena excusa para desear a todo el mundo Felices Fiestas.
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